
1. Poco a poco, mucho mejor
La vuelta al trabajo después de Navidad tiene mucho de simbólico. Representa el final de un año y el comienzo del siguiente. Esto hace que redoblemos la presión que sentimos y que queramos cerrar los 12 meses con un esfuerzo extra, amparándonos en que es el último, o, por el contrario, que queramos abarcar mucho trabajo al comienzo del año. Y todo ello va en contra de lo que deberíamos hacer; tras el periodo navideño, nuestra reincorporación debería ser lo más progresiva posible. ¿Seguro que es obligatorio tomar las decisiones laborales más importantes el primer día después de la Navidad? ¿No podemos distribuir tanta carga de trabajo entre varias jornadas, en vez de centrarla en apenas unas horas?.
Aunque pueda parecer obvio, no todo el mundo tiene claro que el descanso de vacaciones por Navidad es precisamente eso, un descanso del trabajo. Por eso es cada vez es más común que muchas personas se lleven esos días trabajo a casa, o incluso que comiencen a adelantar trabajo y vayan por su cuenta algún día antes a la oficina. Y es un error. Después de un año de intenso trabajo, en el que la presión está presente día sí y día también, hay que conceder al descanso la importancia que se merece. Pasar tiempo con familiares y amigos en un ambiente distendido no solo es imprescindible para disfrutar de la tantas veces abandonada vida personal y familiar. Además, hace que cuando volvamos a nuestra realidad laboral lo hagamos con la mente despejada y con energías renovadas.
Puede que sea un pequeño detalle, como el regalo de alguien querido, o una foto en la que aparezcas sonriendo junto a tus familiares durante una comida o una cena. Lo importante es que te sirva para trasladar el espíritu de estos días a tu trabajo habitual. La Navidad se asocia, para muchas personas, a amistad, espíritu de ayuda y unión. Todos son valores apreciados en el ámbito laboral, y no tienen por qué quedarse apartados cuando nos vestimos la ‘ropa’ de trabajador. Además, ten presente que muchos de esos valores, como la empatía o la capacidad de entender a los demás, están entre las 10 habilidades blandas más solicitadas en el mercado laboral.
Recuerda que no eres el único que afronta la vuelta al trabajo después de Navidad. Tus compañeros se encuentran en la misma situación que tú. Es probable que prefieras pasar tiempo con tus familiares y amigos antes que con ellos, pero tienes por delante una buena oportunidad para mejorar la experiencia laboral si procuras hablar con ellos y preguntarles qué tal lo han pasado durante estos días. Esta simple acción generará una interacción que hará más llevadero el regreso al empleo tras la Navidad.
Seguro que la situación te resulta familiar; regresas al trabajo después de unos días y, en cuanto enciendes el ordenador, un aluvión de emails pendientes de respuesta te da los buenos días. Solo el contestar a cada uno de ellos se llevará buena parte de la mañana, piensas, y apenas tendrás tiempo de sacar adelante el trabajo previsto para el día. La buena noticia es que hay una forma de evitarlo. O, mejor dicho, dos. La primera es hacer un pequeño esfuerzo y llegar antes de lo habitual a tu puesto de trabajo para quitarte de encima cuanto antes ese trabajo. La segunda es dedicar unas horas, la noche anterior, a planificar la mañana del día siguiente, lo que también puede incluir responder a los e-mails más urgentes.
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