La capacidad de adaptación de la fuerza laboral no está sincronizada con los tiempos del cambio. Éste siempre juega con ventaja porque es quien controla el acelerador de la velocidad:
John F. Kennedy llamó al cambio “la ley de la vida” y George Bernard Shaw advirtió que “el progreso es imposible sin cambios”, pero a quien llevamos tatuado en el